Hablamos de la Biblia sin darnos cuenta. No sé si el
mundo bíblico se está alejando de nuestra cultura. Sin embargo, es curioso
percibir cuántos rastros bíblicos hay en nuestro lenguaje cotidiano sin darnos
cuenta. Hablamos de alguien que «anda hecho un Adán» cuando va desastrado; llamamos
«un paraíso» a un bello jardín; de un niño trasto decimos que «es un Caín». El
marido presenta a su esposa diciendo que es «su costilla», y el político que se
cree imprescindible afirma que «después de él, el diluvio». El novio dice a su
prometida que «contigo pan y cebolla». Y al más pequeño de la casa le llamamos
«benjamín»… Además de la Biblia, hay otros muchos dichos salidos de la cultura
religiosa popular. E incluso del latín, raíz de nuestra lengua. Por ejemplo: Ex
cátedra, Ex opere operato, In articulo mortis, Sancta sanctorum, Sic transit
gloria mundi, Sursum corda, Urbi et orbi...
Tengo una larga lista de locuciones bíblicas y de
contenido popular religioso que usamos con cierta frecuencia sin sentir que
provienen de una añeja cultura de nuestro pueblo impreso en nuestra lengua, que
no sé si está a punto de perderse. Os lanzo algunas y tratad de recordar su significado.
Este era un ejercicio que ponía a mis alumnos de Religión, y os puedo decir que
esos chicos de la Logse resultaban más bien ignorantes.
¡Adelante
con los faroles! ¡Santiago, y cierra, España! ¿Quién te ha dado vela en este
entierro? A cada cerdo le llegar su sanmartín. Adiós. A Dios lo que es de Dios
y al César lo que es del César. A Dios rogando y con el mazo dando. A la buena
de Dios. A quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Abogado del diablo. Acabar
como el rosario de la aurora. Adorar el becerro de oro. Al que madruga, Dios le
ayuda. Alzarse con el santo y la limosna. Año sabático. Aparecérsele a alguien
la Virgen. Aquello era Babel. Aquí paz, y después gloria. Armarse la de Dios es
Cristo. Astuto como una serpiente. Cada uno es como Dios le ha hecho. Clamar al
cielo. Clérigo de misa y olla. Colgar los hábitos. Colgar un sambenito. Comerse
los santos. Como caído del cielo. Como Dios manda. Como la burra de Balaam. Compuesta
y sin novio. Comulgar con ruedas de molino. Con este signo vencerás. Con la
Iglesia hemos topado. Correr como alma que lleva el diablo. Costar Dios y
ayuda. Cuando llueve y hace sol, sale el arco del Señor. Dar el beso de Judas. Dar
la campanada. De menos nos hizo Dios. De Pascuas a Ramos. De todo hay en la
viña del Señor. Decir «¡Jesús!» al que estornuda. Dejado de la mano de Dios. Desnudar
un santo para vestir a otro. Discusión bizantina. Discutir sobre el sexo de los
ángeles. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia. Donde Cristo dio las tres
voces. Echar margaritas a los puercos. Efectuar la travesía del desierto. El
becerro de oro. El hábito no hace al monje. El hijo pródigo. El hombre propone
y Dios dispone. El tiempo de las vacas flacas. En menos que canta un gallo. En
menos que se reza un Credo. En un santiamén. Eso va a misa. Esperar el santo
advenimiento. Estar a dos velas. Estar como unas Pascuas. Estar en capilla. Estar
en el limbo. Estar en el séptimo cielo. Estar en la gloria. Estar en misa y
repicando. Estar hecho un Adán. Estar hecho un eccehomo. Estar hecho un Judas. Hablar
en cristiano. Hacer diabluras. Hacerle a uno la pascua. Hasta que san Juan baje
el dedo. Ir de Herodes a Pilatos. Írsele a uno el santo al cielo. Juicio
salomónico. Jurar en hebreo (o en arameo). La Biblia en verso. La costilla de
Adán. La fe del carbonero. La fe, sin ojos ve. La tierra de María Santísima. Las
calderas de Pedro Botero. Lavarse las manos como Pilatos. Le vino Dios a ver. Llegar
y besar el santo. Llorar como una Magdalena. Lo escrito, escrito está. Lo que
Dios ha unido que no lo separe el hombre. Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Más
alegre que unas Pascuas. Más bonito que un san Luis. Más fácil es pasar un
camello por el ojo de una aguja... Más malo que Caín. Más viejo que Matusalén. Meterse
a redentor. Meterse por el ojo de una aguja. Muchos son los llamados y pocos
los escogidos. Nadie es profeta en su tierra. No necesitan de médico los sanos.
No saber de la misa la media. No se puede servir a dos señores. No ser santo de
la devoción de alguien. No sólo de pan vive el hombre. No tener oficio ni
beneficio. Ojo por ojo, diente por diente. Para más inri. París bien vale una
misa. Pasar las de Caín. Poner el dedo en la llaga. Poner las manos en el
fuego. Predicar en el desierto. Quedarse para vestir santos. Revolver Roma con
Santiago. Rollo macabeo. Santa Rita, rita, rita, lo que se da no se quita. Ser
crucificado. Ser el benjamín. Ser el pan nuestro de cada día. Ser mano de santo.
Ser un fariseo, tener una conducta farisaica. Ser un meapilas. Ser un pobre
diablo. Ser un viva la Virgen. Si Dios quiere. Si sale con barbas, san Antón, y
si no, la Purísima Concepción. Sin encomendarse a Dios ni al diablo. Sonar a música
celestial. Tener bula. Tener el aire de san Vito. Tener el santo de cara (de espaldas).
Tener la fe del carbonero. Tener más paciencia que el santo Job. Todos somos
hijos de Adán y Eva, y tenemos lo malo de él y de ella. Todos somos hijos de
Adán, sino que nos queremos diferenciar. Torre de Babel. Traer por la calle de
la Amargura. Trampa saducea. Venderse por un plato de lentejas. Venir Dios a
ver. Ver el cielo abierto. Ver la paja en el ojo ajeno. Volver al redil. Voz
que clama en el desierto… Etcétera.
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