Clemente Domínguez, papa Gregorio XVII, murió el 21
de marzo de 2005 y a la mañana siguiente fue coronado como su sucesor Manuel
Alonso Corral, que hasta ese momento era secretario de Estado de la Iglesia
palmariana, con el nombre de Pedro II. En el sello papal del nuevo papa aparecía
la imagen del Cristo de la Sábana Santa de Turín. Lo primero que hizo fue
canonizar a su predecesor Clemente llamándole «Santo Papa Gregorio XVII, El Muy
Grande». Publicó una serie de cartas apostólicas, entre las cuales sobresale la
que declara como infalible que el nacimiento del Anticristo ha ocurrido en
Belén en el año 2000. Así que la nueva criatura ya es un mocito de dieciséis
años. A saber cuándo asoma por el mundo y qué aspecto tiene…
Muerto Alonso Corral el 15 de julio de 2011, le
sucedió Sergio Ginés, nacido en 1959 en Mula (Murcia), y tomó el nombre de
Gregorio XVIII. Fue seminarista en la diócesis de Toledo e ingresó después en
el ejército antes de integrarse en la Iglesia palmariana. Fue ordenado
sacerdote y consagrado obispo el 2 de diciembre de 1984 y fue secretario de
Estado durante el pontificado de Pedro II. Su primer acto después de su
coronación papal fue canonizar a su predecesor Pedro II y proclamar el Tercer
Santo, Grande y Dogmático Concilio Palmariano, que tuvo lugar en El Palmar de
Troya en 2012, en el que se trató de la terminación de la basílica, que fue acabada
en 2014. Por cierto, que en la fachada colocaron entre otras estatuas la figura
de Franco con su aureola de santo. Pero provocó tales rechazos, que tuvieron
que meterla dentro de la basílica.
Gregorio XVIII acaba de colgar los hábitos papales.
Según su propia confesión, «por pérdida de la fe» y el enamoramiento de un
palmariana, la animadora cultural Nieves Triviño Girela de su pueblo de
Monachil (Granada), donde la pareja ha puesto su nido.
Me gustaría saber si esa «pérdida de la fe» de
Sergio Ginés, alias Gregorio XVIII, que él ha confesado, se refiere solo al
tinglado de El Palmar o se extiende también a una pérdida de fe total en Dios…
Él sabrá.
Al parecer, no ha sido mal acogida su salida de la
comunidad de El Palmar, compuesta por unas 80 personas, entre obispos y monjas
–encerrados en un recinto pequeño que puede explotar cualquier día–, por la
rigidez de sus normas y de su carácter cuartelero que no dejaba que pudieran
hablar siquiera con los vecinos del pueblo.
Le ha sustituido el cuarto Papa palmariano, el suizo
Joseph Odermatt, con el nombre de Pedro III. Este, como es lógico, no podrá
canonizar a su antecesor, como hizo él con Corral y Corral con Clemente, al
largarse a vivir con una divorciada. Al parecer, ya está concertada la boda de
Gregorio XVIII y Nieves Triviño para finales de agosto o principios de
septiembre. ¿Por la Iglesia o por lo civil?
¡Jesús! ¡Qué lío…!
Y lío de competencias entre los pequeños Vaticanos
que hay por el mundo. Porque, además del pequeño Vaticano de El Palmar de
Troya, existen otros dos, uno en Francia y otro en Canadá, que también han
surgido por inspiración divina. Es más, cuando Clemente Domínguez se
autoproclamó papa en Colombia a la muerte de Pablo VI y se colocó el nombre de
Gregorio XVII, ya existía otro papa del mismo nombre en Canadá.
El Gregorio XVII canadiense, que ha
tenido un pontificado mayor que el español, se llamaba Gaston Tremblay, nacido
en Rimouski, en Québec, el 8 de septiembre de 1928. Era Hermano de San Juan de
Dios y salió de la Orden en 1952 para fundar su propia comunidad, a la que
llamó Congregación de Jesús y María, que, después de ir de ciudad en ciudad, se
estableció definitivamente en 1958 en St. Jovite, en Mont-Tremblant, Quebec.
En 1961, Tremblay se reunió con Michel
Collin (1905-1974), líder de la Iglesia Renovada de Cristo, que se había
proclamado papa con el título de Clemente XV, a la muerte de Juan XXIII y montó
su propio Vaticano en Lorena, en Francia. Collin, según decía, había sido
consagrado obispo en una misa presidida por el propio Jesucristo.
Las aficiones ufológicas del papa
francés hicieron apartar poco a poco al canadiense, quien en 1971 fue elegido
papa por ocho obispos, cuando aún no había muerto el papa Collin, y formó un
colegio cardenalicio con doce hermanos de su comunidad.
Así que hubo un Gregorio XVII anterior
al papa Clemente, que le precedió por inspiración divina en el papado y le
sobrevivió, ya que murió el 31 de diciembre de 2011 en un hospital de Quebec.
¡Y lo gordo es que estos tres pequeños
Vaticanos tienen sus seguidores!
Como diría aquel torero:
–¡Hay gente pa to!
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