Fernando III así lo ha dispuesto aquel 22
de diciembre de 1248. Más que una marcha triunfal guerrera, aquella entrada en
la ciudad de la Sevilla moruna, de estrechas y tortuosas calles, parecía una
devota procesión presidida por la sagrada imagen de la Virgen de los Reyes,
procesionada en un magnífico carro triunfal.
Fernando III, monarca que plantó las raíces
de la Sevilla de hoy, yace incorrupto en la Capilla Real de la Catedral en
sepulcro labrado en plata bajo el altar que preside la imagen que legó al
pueblo de Sevilla, Nuestra Señora de los Reyes, patrona de la archidiócesis
hispalense. Un rey honrado con los honores de héroe y de santo y una Virgen de
los Reyes, venerada cual ninguna otra imagen mariana por Sevilla toda.
De ello trata el libro Virgen de los Reyes y Fernando III el Santo, que ya aparece por las
librerías de Sevilla al precio de 15 euros.
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