viernes, 6 de julio de 2018

Virgen de los Reyes y Fernando III el Santo


Fernando III así lo ha dispuesto aquel 22 de diciembre de 1248. Más que una marcha triunfal guerrera, aquella entrada en la ciudad de la Sevilla moruna, de estrechas y tortuosas calles, parecía una devota procesión presidida por la sagrada imagen de la Virgen de los Reyes, procesionada en un magnífico carro triunfal.
  


 Se dirigen a la mezquita mayor, que previamente ha sido purificada para el culto cristiano por don Gutierre, obispo de Córdoba y electo de Toledo. El agua bendita ha rociado cada rincón de aquella suntuosa aljama, la cruz asoma en su esbelta torre y unas campanas han sido izadas para el repicar alegre de aquella jornada memorable, que causó estupor en el oriente musulmán y júbilo en el occidente cristiano…
Fernando III, monarca que plantó las raíces de la Sevilla de hoy, yace incorrupto en la Capilla Real de la Catedral en sepulcro labrado en plata bajo el altar que preside la imagen que legó al pueblo de Sevilla, Nuestra Señora de los Reyes, patrona de la archidiócesis hispalense. Un rey hon­rado con los honores de héroe y de santo y una Virgen de los Reyes, venerada cual ninguna otra imagen mariana por Sevilla toda.
De ello trata el libro Virgen de los Reyes y Fernando III el Santo, que ya aparece por las librerías de Sevilla al precio de 15 euros.

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