El próximo domingo, 30 de junio, se
celebrará la renovación de la consagración de España al Sagrado Corazón, tenida
hace un siglo en el Cerro de los Ángeles, a unos 10 km. al sur de Madrid, en el
término municipal de Getafe, considerado como el centro geográfico de la
península ibérica. Es una invitación del obispo de Getafe, Ginés García Beltrán,
que convoca a sus diocesanos y a toda España a renovar la consagración de
España al Corazón de Jesús. Al mismo tiempo, siente el obispo una cierta
preocupación y pide «desvincular de cualquier lectura política o de nostalgias
de épocas pasadas» la consagración de España al Corazón de Jesús.
–Un acto –dice– que está generando
preocupación en la diócesis por la esperada presencia de grupos afines a la
ultraderecha, que pretenden entrar con banderas preconstitucionales al acto, y
que otros sectores utilizan para volver a acusar a la Iglesia de cercanía a
nostálgicos de la España grande y libre.
Cerro de los Ángeles
Esta consagración de España tuvo lugar el 30
de mayo de 1919, cuando el rey Alfonso XIII inauguró en el Cerro de los Ángeles
el Monumento al Sagrado Corazón. Allí se hallaban para la consagración de
España al Corazón de Jesús el arzobispo de Toledo, cardenal Guisasola, el
nuncio Ragonesi, 18 obispos, el último de los cuales Pedro Segura, en
representación del arzobispo de Valladolid, cardenal Cos, del que era su
auxiliar.
Concluida la misa y bendecido el monumento,
Alfonso XIII pronunció el «Acto de Consagración de España católica al Sagrado
Corazón de Jesús», en el que suplica: «…bendecid a los pobres, a los obreros, a
los proletarios todos… y al Ejército y a la Marina».
En la ceremonia se leyó el himno «Trono y
Altar», del jesuita Alberto Risco, expresión del más genuino nacionalismo
católico, donde se evocaba a la Virgen del Pilar, Santiago de Compostela, la
Virgen de Guadalupe, Ávila, Loyola, y la evangelización de América. Su
argumento principal será que reine «la España que Tú has preferido», para
concluir:
–¡La raza precita /que acaso te ofende, no
es pueblo español! / España son estos que cercan tu trono; / son estos que
llevan al pecho tu imagen bendita; / son estos que hollando secreto, diabólico
encono, /te aclaman de España por centro y por sol!
En este acto, el obispo Segura era el
último en el escalafón de los obispos de España y su encuentro con Alfonso XIII
no tuvo significación especial, distanciados uno de otro por el protocolo. Otra
cosa será cuando se vean un año después en Valladolid y en Tordesillas, a punto
ya Segura de marchar de obispo a Coria. Y especialmente en esta última
diócesis, cuando Alfonso XIII visite Las Hurdes y sea acompañado por Segura,
quien, salido de las aulas de la Universidad Pontificia de Comillas, tendrá una
devoción muy marcada hacia el Sagrado Corazón de Jesús.
Segura será entre los obispos españoles el
más significado promotor de su culto en España, con consagraciones y
entronizaciones en los hogares y edificios públicos. La entronización del
Corazón de Jesús en el Ayuntamiento de Cáceres el 26 de abril de 1925 fue la perla
de tantas otras entronizaciones en la diócesis, acordada por el pleno municipal
con la sola excepción del edil socialista. Se bajó procesionalmente para la
ocasión la Virgen de la Montaña, patrona de Cáceres, y en la Plaza Mayor de
Cáceres ofició Segura de pontifical.
Ya maduraba Segura el proyecto de levantar
al Sagrado Corazón un monumento en la misma montaña que dominaba a Cáceres y a
gran parte de Extremadura. Efectivamente, allí, junto al Santuario de Nuestra
Señora de la Montaña, una imagen inmensa del Corazón de Jesús extendía sus
brazos hacia el horizonte desde el 14 de noviembre de 1926, cuando ya Segura
estaba a punto de pasar a la archidiócesis de Burgos. El cronista del Boletín
Oficial de la diócesis cuenta que ese 14 de noviembre será «una fecha gloriosa en la Historia de la
capital». Por la mañana, fue entronizada la imagen del Sagrado Corazón
en el Salón de Sesiones de la Diputación de Cáceres y el presidente, Gonzalo
López-Montenegro, pronunció la fórmula de consagración de la Provincia de
Cáceres. Y por la tarde se procedió en la Montaña a la bendición del
hermoso monumento allí erigido.
Siendo ya arzobispo de Burgos, 24 de junio
de 1927, tuvo lugar la entronización del Sagrado Corazón en la Diputación de
Burgos. Pasó pronto a Toledo, como primado y título de cardenal. Pero aquí, el
monumento al Sagrado Corazón quedó en proyecto ante la llegada de la Segunda
República y su expulsión de España.
Venido en 1937 a Sevilla como su arzobispo,
Segura tuvo en 1941 una Santa Misión. Y como recuerdo
diocesano de esta Santa Misión, propuso un proyecto que «venimos acariciando»:
Un Monumento al Sagrado Corazón en la capital diocesana, «cual corresponde a la
ciudad, que tantos monumentos tiene erigidos en sus plazas y en sus jardines».
Hecho
realidad, el Monumento a los Sagrados Corazones, levantado
en el Cerro de San Juan de Aznalfarache y bendecido en 1948,
se convertirá en el gran mausoleo donde yazcan junto al cardenal Segura los
restos de sus padres y hermanos.
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