El 5 de agosto de 1985, en las vallas
publicitarias de toda Francia, aparecieron carteles en los que un niño, con
unos preciosos y expresivos ojos negros, miraba a los transeúntes como
interrogándoles. Los automovilistas daban el frenazo y, en punto muerto, lanzaban
su mirada sorprendida al bebé del cartel. Cien metros más adelante, tal vez en
la parada de un semáforo, aparecía el mismo bebé con distinta postura, pero con
igual expresión inquisitiva en sus ojos negros.
–La
France a besoin d’enfants. Francia tiene necesidad de niños, viene a decir
en todos ellos.
Unos pensaban ver en estos carteles una
campaña gubernamental. Otros, el lanzamiento de argumentos natalistas a las
puertas mismas de la campaña electoral. Los partidos políticos, sorprendidos,
telefoneaban a las empresas de las vallas publicitarias para conocer el nombre
de su cliente, seguramente un partido opositor…
Pero todo era más simple. Por primera vez,
los publicitarios habían trabajado por su cuenta. En el mes de agosto escasean
los clientes y las vallas publicitarias quedan vacías. Entonces las ofrecen
gratuitamente a organismos humanitarios como la Cruz Roja o Amnistía
Internacional. Esta vez se reunieron las tres sociedades francesas más
importantes de vallas publicitarias (Avenir, Dauphin y Giraudy) y decidieron
presentar ellas mismas una campaña. ¿Cuál? Un tema que preocupaba fuertemente a
los franceses: el descenso de la natalidad.
Me pregunto si no tendremos que hacer
también nosotros una campaña así, treinta años después, ante la noticia
aparecida estos días en la prensa: «España registra la cifra más baja de
nacimientos y la más alta de muertes desde 1941».
Ese «Baby Boom» pudo ser contemplado
durante el mes de agosto en 7.000 vallas publicitarias de toda Francia. Y yo me
pregunto en estos días de Navidad:
–¿Quién no puede querer a los niños en el
hogar? ¿Y en la vida de nuestro pueblo? ¿El Gobierno? Espero que no. ¿La
Iglesia? Por supuesto que no.
Pero con los nacimientos que no vienen y
los abortos anuales, cifrados en unos 94.000 al año, podríamos decir,
parodiando el mensaje de los publicitarios franceses:
–España tiene necesidad de niños.
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