He cotejado por internet las librerías
diocesanas de las diócesis españolas y en dos de ellas, que tienen búsqueda de
títulos de libros, he visto, por ejemplo, que en la Librería Diocesana de
Pamplona hay 35 títulos de Carlos Ros, y en la Librería Diocesana de Murcia, 37
títulos. Libros que el lector puede adquirir libremente.
Sin embargo, he comprobado que los
libros de Carlos Ros, que se pueden adquirir en la Librería Diocesana de
Sevilla, mi diócesis, que ha abierto sus puertas hace cosa de un mes, son cero
patatero.
¿Qué quiere decir ello?
Simplemente, que estoy vetado.
Tengo publicados más de setenta títulos,
muchos de ellos dedicados a la historia de la Iglesia de Sevilla, vida de
santos locales, etc… amén de otras muchas vidas de santos de la Iglesia. No
creo que haya habido, no digo ahora, sino en muchos años, otro sacerdote sevillano
que más haya contribuido al esclarecimiento de la Historia Eclesiástica de la
Archidiócesis de Sevilla.
Traigo a colación la relación de vidas
de santos sevillanos y afines a la diócesis:
–Dolores
Márquez, sevillana del XIX, (Sevilla 1978); Doña María Coronel, historia y leyenda, (Sevilla 1980); Madre Isabel, fundadora del Beaterio de la
Trinidad, (Sevilla 1982); Pequeñeces
de Sor Ángela de la Cruz, (Sevilla 1982); Fernando III el Santo, (Sevilla 1990; 2ª ed. 2003); Vida de sor Ángela de la Cruz, (Madrid
1996; 2ª ed. 1999; 3ª ed. 2003; 3ª ed. 2003; 4ª ed. 2006; 5ª ed. 2009; 6ª ed.
2013; 7ª ed. 2015); Miguel Mañara,
Caballero de los pobres, (Madrid 2002); Venerable
Fernando de Contreras, apóstol de Sevilla, redentor de cautivos, (Editorial
Rosalibros) (Sevilla 2004); Sor Bárbara
de la Giralda. La hija del campanero, (Editorial Rosalibros) (Sevilla 2004);
San Isidoro de Sevilla, el obispo sabio,
(Ed. en catalán: Sant Isidor, el bisbe
savi), Centre de Pastoral Litùrgica (Barcelona 2006); Diego de Alcalá, el lego milagrero, (Ed. en catalán: Dídac d'Alcalà, el llec miracler).
Centre de Pastoral Litùrgica (Barcelona 2009); Madre María de la Purísima, una sonrisa de cielo, (Editorial San
Pablo) (Madrid 2015).
Otros libros referentes a la diócesis
hispalense:
–Los Arzobispos de Sevilla. Luces y sombras
en la sede hispalense, (Sevilla 1986); Historia
de la Iglesia de Sevilla, (Sevilla 1992), dirección de esta obra escrita en
colaboración; La Inmaculada y Sevilla,
(Sevilla 1994); El Carmelo de Santa Ana.
IV Centenario en Sevilla (1594-1994), (Monasterio de Santa Ana, Sevilla
1994); In Memoriam. Sacerdotes
martirizados en la Archidiócesis de Sevilla en la Guerra Civil del 36,
(Sevilla 1996); Guía mágica de la
Catedral de Sevilla para turistas curiosos, (Editorial Rosalibros) (Sevilla
2007); José María Bueno Monreal.
Semblanza de un cardenal bueno, (Editorial San Pablo) (Madrid 2012); Pedro Segura y Sáenz. Semblanza de un
Cardenal selvático, (Editorial Letras de Autor) (Madrid 2016). Primera
edición: Marzo 2016. Segunda edición: Abril 2016.
Este
último libro ha debido de ser la causa de haber caído en el Index librorum prohibitorum particular
de la diócesis de Sevilla, ya que el último a nivel de Iglesia católica data de
1948 y fue abolido por Pablo VI en 1966.
Que
yo sepa, en la Iglesia solo existe actualmente un Índice de libros de uso
interno para los del Opus Dei. Consta de más de 60.000 obras con su censura
correspondiente, de las que unas 6.500 obras tienen la notación máxima de 6. Es
decir, que es lectura prohibida y necesita permiso del Padre (Prelado). Por
ejemplo, todos los libros del teólogo suizo Hans Küng tienen la valoración de
seis.
La valoración del 1 al 6 es la
siguiente:
–1. Libros que pueden leer todos,
incluso niños: Ej.: Heidi, Marco, algunos cuentos de los Hermanos Grimm, todos
los libros de los miembros de la Obra... 2. Lectura en general recomendable,
aunque requiere un poco de formación. En las bibliotecas de los centros hay
libros a disposición del público (numerari@s y agregad@s) con calificaciones 1
y 2. 3. Los pueden leer quienes tengan formación (puede haber escenas o
comentarios “inconvenientes”). Se necesita permiso del director espiritual. 4. Los
pueden leer quienes tengan formación y necesidad de leerlos. Se necesita permiso
del director espiritual. 5. No se pueden leer, salvo con un permiso especial de
la delegación. 6. Lectura prohibida. Para leerlos se necesita permiso del Padre
(Prelado).
Curiosamente, en ese largo listado de
libros hay dos míos y los dos con la valoración de 1, es decir, que los pueden
leer hasta los niños.
Uno de ellos, Los Arzobispos de Sevilla, luces y sombras en la sede hispalense,
fue muy aceptado por el arzobispo de entonces, Carlos Amigo Vallejo, y
poquísimo aceptado por su vicario general, Antonio Domínguez Valverde, porque
creía que no había necesidad de sacar a relucir los hijos naturales de ciertos
arzobispos hispalenses de la época medieval y moderna.
Exactamente igual que ha ocurrido ahora
con el libro del cardenal Segura.
Pues que sepa el Arzobispado de Sevilla,
que me tiene censurado: el Opus ha valorado el libro Los Arzobispos de Sevilla con un 1, es decir, que lo pueden leer
hasta los niños. Espero que los de la Obra sean tan consecuentes cuando
censuren el libro de Segura y lo califiquen también con un 1.
Así pues, si desean algún libro de
Carlos Ros y viven en Sevilla, no se os ocurra acudir a la Librería Diocesana
del Arzobispado de Sevilla. La señorita les dirá como a un sacerdote amigo que
ha preguntado:
–De Carlos Ros no tenemos nada.
Lo cual no es cierto, porque hace dos
semanas una de las distribuidoras de mis libros les ha llevado varios de ellos
–entre los que está el del cardenal Segura– y allí están, en la Librería
Diocesana, a la espera de que lo pongan a la venta, cosa que no ocurrirá, o lo
devuelvan a la distribuidora.
O mejor, sí. Acudan y pregunten por
algún libro mío… Será divertido ver qué os dicen, como le han dicho a mi
secretaria por teléfono:
–De ese señor no tenemos nada.
Pues la Librería Diocesana de Pamplona
tiene 35 obras mías y la Librería Diocesana de Murcia 37.
En ellas no estoy vetado. En la de
Sevilla, sí, y a mi edad, tal censura mezquina me produce simplemente lástima
ajena. Porca miseria, que diría un
italiano.
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