Platero es pequeño,
peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón… Hace unos
días se cumplieron 100 años de la salida del maravilloso libro de Juan
Ramón Jiménez "Platero y yo", que un buen amigo y estupendo poeta me ha dicho que
es el tercer libro más leído de la historia.
La tarde de aquella
Nochebuena, con un sol opaco y sin nubes, los niños del casero que no tienen
Nacimiento se arremolinan alrededor de una candela, pobres y tristes, para
calentar sus manos arrecidas y echan en las brasas bellotas y castañas, que
revientan en un tiro. Y cantan:
…Camina, María,
camina, José…
Juan Ramón les lleva a
estos niños a su Platero para que jueguen con él.
¡El campo tibio de
diciembre!
¡Invierno de cariño!
¡Nochebuena de los
felices!
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