El artículo que publiqué el pasado 6 de
agosto en ABC de Sevilla y reproducido en mi web: «¿Tendremos un cardenal
sevillano?», se ha hecho realidad bien pronto. El pasado domingo 1 de
septiembre envié un whatsapp a monseñor Miguel Ángel Ayuso, que se hallaba de
vacaciones en Sevilla: «Feliz viaje a Roma». Enseguida me contestó: «Querido
Carlos: muchísimas gracias. Salgo esta tarde noche…». Una hora más tarde, me
escribe: «Me acaban de decir que el Papa ha convocado un Consistorio para el
día 5 de octubre y que me ha nombrado cardenal. Qué emoción. Me ha cogido de
sorpresa». Y así he sabido del propio monseñor que se hallaba entre los 13
nuevos cardenales nominados.
Y ahora me pongo a soñar o a profetizar de
nuevo. ¿Y si en el próximo cónclave monseñor Ayuso es elegido Papa? Sería la
repanocha. Tendríamos un Papa sevillano, criado en el barrio de Heliópolis,
cerca del estadio del Betis: Un Papa sevillano… y bético…
Y sigo soñando. Como es humilde al estilo
de un Juan XXIII, se levanta una mañana y bajo el soplo del Espíritu Santo se
dice:
–Hay que convocar un nuevo Concilio
ecuménico, que purifique a la Iglesia. ¿Dónde? No en Roma, que está ya muy
vista. En mi querida Sevilla…
Y hete aquí que, seis siglos después, se
cumpliría en la capital hispalense el deseo de celebrar dentro de sus muros un
Concilio de la Iglesia.
Porque tienen que saber que en el verano de
1434, el cardenal Cervantes, que también era sevillano, fue enviado por el Concilio
de Basilea en misión conciliadora a Florencia, donde se hallaba exiliado por
una revuelta ocurrida en Roma el Papa Eugenio IV, que había optado por la
disolución del Concilio, y fue ganado de nuevo a la causa del Papa. Cuando
volvió al Concilio en 1436 iba en calidad de legado a latere junto al
cardenal Albergati, para llegar a un arreglo especialmente en la cuestión
económica: el Papa necesitaba dinero para pagar a los griegos que, amenazados
de los turcos, trataban de unirse a la Iglesia latina.
Nombrado obispo de Ostia, Cervantes siguió
en el Concilio defendiendo siempre la posición pontificia. Cuando en 1436 se
planteó el traslado del Concilio de Basilea a un lugar que favoreciera la
presencia de los griegos, defendió el punto de vista de la minoría, es decir,
del Papa.
Reducido el imperio de los Paleólogos a
Constantinopla y Morea por el acoso de los turcos, la unión de los griegos
parecía propicia y Eugenio IV tomó el tema de la unidad de los cristianos como
bandera de su pontificado. Se llegó a un acuerdo de que los gastos de la
embajada griega correrían a cargo de los occidentales, pero a la hora de elegir
la ciudad del encuentro surgen las diferencias. El Papa propone una ciudad
italiana por su cercanía a él y fácil acceso a los griegos; el Concilio, por no
dar el sí al Papa, baraja una serie de lugares allende la frontera de Italia.
Y aquí surge la anécdota curiosa que ha permanecido perdida en el fragor de
este polémico Concilio.
Entre otras ciudades europeas que aparecían
sobre el tapete ante los padres conciliares con los típicos reclamos
turísticos de hospitalidad, buen clima, etc., la embajada castellana dejó caer
también su propuesta.
En los reinos de España, proclamaron en un
solemne latín, existían muchas ciudades en las que se podría celebrar un Concilio
ecuménico, pero entre todas ellas sobresalía una, Sevilla, a la entrada misma
del Mediterráneo, abundosa en todo lo necesario a la vida humana, «adeo ut intra
orbis nobis notum ulla fertilior, ulla amenior, ulla denique aeris equalitate
salubrior nunquam vel vix reperiri valeret», ni más fértil, ni más amena,
ni de un aire más saludable en todo el orbe conocido. Y aunque un poco lejos,
reconocen en su informe, que ocupa dos buenas páginas en latín, a los griegos
les resultará de fácil acceso al poder llegar hasta los mismos muros de la
ciudad en sus barcas de remos.
No prosperó la petición castellana, pero
ahí queda ese bonito piropo a la ciudad de Sevilla proclamado por nuestros
embajadores en el Concilio de Basilea.
¿Se hará ahora realidad? Perdón, todo es
una ensoñación. Felicidades al nuevo cardenal sevillano.
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