La noticia la ofrece Religión Digital, que afirma
haberla obtenido de «fuentes consultadas». Dice:
–Con una posibilidad no confirmada de un Consistorio
para febrero de 2020, entre los principales candidatos a hacerse con el birrete
rojo están el español Miguel Ángel Ayuso, el italiano Matteo Zuppi y el
estadounidense Wilton Gregory.
Resulta que Miguel Ángel Ayuso Guixot, obispo
titular de la diócesis de Luperciana, es sevillano, del barrio de Heliopólis,
estudiante del Colegio Claret, misionero y profesor durante años en Egipto y
Sudán, arabista e islamólogo, nombrado por el papa Francisco este mayo pasado
presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
Esta noticia, a la espera de que se cumpla,
me lleva a señalar cuántos cardenales ha habido nacidos en Sevilla o diócesis.
De Sevilla capital tan sólo puedo citar a cuatro ciertos y uno dudoso. De los
ciertos:
Fray Juan Laso, nacido en Sevilla a
principios del siglo XIV. Hijo de García Laso, embajador del rey castellano
ante el aragonés, al pasar a Zaragoza en compañía de su padre, tomó el hábito
mercedario en el convento de San Lázaro. Pasó a Aviñón, donde el papa Inocencio
VI (1352-1362) le hizo cardenal presbítero con el título de Santa María
Transtiberina. Estuvo presente en la elección del papa Urbano V (1362-1370) y
murió en Aviñón en el año 1366.
Pedro de Deza, nacido en Sevilla en 1520,
hijo de Antonio de Deza Tavera y Beatriz de Guzmán. Emparentado, por tanto, con
fray Diego de Deza, arzobispo de Sevilla, y Juan Tavera, cardenal arzobispo de
Toledo. El 21 de febrero de 1578 fue creado cardenal por Gregorio XIII. Pasó a
la curia de Roma en 1580 y en la Ciudad Eterna asistió al cónclave de siete
papas, y si él no llegó a serlo, «fue por obstarle el pecado de ser español»,
según expresión de un contemporáneo. Murió en Roma el 26 de agosto de 1600. Su
cuerpo, trasladado a España, reposaba en el convento de carmelitas descalzos de
Toro, desaparecido durante la desamortización.
Juan de Lugo, jesuita, canónigo y
maestrescuela de Sevilla, teólogo, nació en Sevilla el 25 de noviembre de 1583,
posiblemente en Triana donde residían sus padres, y no en Madrid, como
equivocadamente afirman Zúñiga y Varflora, según demostró Matute en su
«Adiciones y correcciones a los Hijos de Sevilla». Niño precoz, a los tres años
leía perfectamente y a los trece defendía con brillantez tesis de lógica.
Ingresó el 6 de julio de 1603 en la Compañía de Jesús, contra la voluntad de su
padre que lo quería dedicar a la jurisprudencia, siguiendo los pasos de su
hermano Francisco, también teólogo jesuita. Llamado a Roma, impartió Teología
durante veintiún años en el Colegio Romano. Nombrado cardenal con el título de
Santa Balbina por Urbano VIII en 1643, dejó la enseñanza y se dedicó a los
trabajos de las congregaciones romanas del Santo Oficio, del Concilio
Tridentino y de los Obispos. Siendo ya cardenal, fue nombrado canónigo y
maestrescuela de la catedral de Sevilla, de la que tomó posesión por poderes el
11 de mayo de 1650. Murió en Roma el 20 de agosto de 1660.
Nicolás Wiseman, primer arzobispo de
Westminster e hijo preclaro de Sevilla, nacido en esta ciudad, calle Fabiola,
el 2 de agosto de 1802, hijo de unos comerciantes irlandeses establecidos en
Sevilla.
Y un cardenal dudoso:
Juan de Cervantes, del siglo XV, que unos
lo hacen nacido en Sevilla y otros en Lora del Río. Fue arzobispo de Sevilla de
1449 a 1453 y estuvo en el concilio de Basilea. Figura importante en la Iglesia
de su tiempo, tiene una calle dedicada en la ciudad.
De cardenales
nacidos en la diócesis de Sevilla, he podido recoger los dos siguientes:
Francisco
Javier Delgado y Venegas, obispo de Canarias y arzobispo de Sevilla
(1776-1781), nació en Villanueva del Ariscal (Sevilla) el 18 de diciembre de
1714. Pío VI, en consistorio de 1 de junio de 1778, lo creó cardenal. Murió en
Madrid el 11 de diciembre de 1781 y fue enterrado en la iglesia de Ntra. Sra.
de Copacabana, de agustinos recoletos, mientras se tramitaba su traslado
definitivo a la catedral de Sevilla, donde a la entrada del coro se le estaba
preparando un magnífico mausoleo. Pero el traslado no se efectuó y los franceses,
en 1808, profanaron su tumba y desaparecieron sus restos.
Sebastián Herrero y Espinosa de los
Monteros, oratoriano, nacido en Jerez de la Frontera el 20 de enero de 1822.
Obispo de Cuenca, Vitoria, Oviedo, y arzobispo de Valencia, fue elevado al cardenalato
el 22 de junio de 1903 con el título de San Pedro in Montorio. Murió en
Valencia el 9 de diciembre de 1903.
Ahora que se ha roto la cadena secular del
cardenalato en el arzobispado de Sevilla, bueno sería que tuviéramos un
cardenal sevillano, que no tenemos uno desde el siglo XIX. Y así será, y
pronto. Tengo esa intuición.
Buenas tardes.
ResponderEliminarHe venido redirigido al blog a través de un artículo de Diario de Sevilla donde se confirma que el Sr. Ayuso va a ser creado cardenal, y como sevillano me alegro.
Pero más me alegro que Carlos Ros siga difundiendo su saber como lo hacía cuando yo era alumno suyo en el Instituto Velázquez.
Un saludo afectuoso.
Gracias, Pablo.
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